Como tantas otras personas antes, y como tantas otras que vinieron y vendrán después, cometí la imprudencia de nacer en Madrid. A Gloria Fuertes le pasó lo mismo.
Nació un 28 de julio en el Lavapiés de 1917 a los dos días de edad, tras un
laborioso parto, en el que si se llega a descuidar, su madre se muere por vivirla.
A los tres años ya sabía leer y, a los seis, sus labores. En esos años, podéis imaginar,
las labores de una niña en un Madrid casi paleolítico pasaban por regatear en
las tiendas e ir a los pueblos por zanahorias. Ni Pepa Pig ni jugar en el patio
del cole. A los nueve años le pilló un carro y, a los catorce, la guerra. Quiso
ir a pararla pero la detuvieron a mitad del camino. Fue por ese entonces que empezó
también con los amores, con los que se callaban y con los que no.
Tras finalizar los estudios en el Instituto de Educación Profesional de la
Mujer (sic), consiguió trabajo en una oficina, donde trabajaba como si fuera tonta,
aunque el botones y Dios sabían que no lo era.
Escribía por las noches, cuando no trabajaba. Y escribir cuando podía
añadió otro palo a la rueda de su carrera. No solamente era mujer y lesbiana,
también era pobre. Expulsada del academicismo más canónico (de hombres
heterosexuales acomodados), al que probablemente tampoco llamó a la puerta,
centró su obra en la poesía y dramaturgia infantiles, aunque tampoco descuidó a
sus lectores adultos.
Su complicada situación socioeconómica en plena posguerra y el nulo apoyo
familiar que recibió no frenó su incesante labor divulgativa, literaria y de lucha
por la igualdad, empezando por los más pequeños. Tanto tuvo que luchar contracorriente
que vivió en una gran soledad, más sola que ella misma. Su contribución a la
literatura española de los años previos a la democracia, junto con la lucha por
el medioambiente y la defensa del pacifismo la convierten en una de las grandes
referentes ya no solo de Lavapiés, sino de todo el país, o del mundo
entero.
Obras como sus “Tres reinas magas” ahondan en la crítica social desde un
trabajo educativo orientado al público infantil, albergando un deseo implacable
de difundir el interés por la cultura, inculcar valores en la igualdad de
género y remando por conseguir una mayor conciencia en igualdad de
oportunidades y de condiciones.
Afortunadamente, y a pesar de no ajustarse a los moldes de la corriente
dominante en la escena literaria de su época, Gloria Fuertes fue una autora popularmente
reconocida a la que nunca le faltaron oportunidades de seguir cultivando su
obra tanto literaria como divulgativa. Prueba de ello son los numerosos programas
infantiles que le concedieron en radio y televisión, sus colaboraciones en
distintos periódicos y los premios que obtuvo en vida.
Por todo ello, fue un gran ejemplo de superación, de lucha contra la desigualdad y de perseverancia en el trabajo de la vocación frente a todas las adversidades que se pueden encontrar en el camino.
Citas consultadas:
- Historia de Gloria (amor, humor y desamor), Gloria Fuertes, 2006, Ediciones Cátedra.
- Gloria Fuertes: Antología, 2019, Cátedra.
- https://es.wikipedia.org/wiki/Gloria_Fuertes
- Programa "La mitad invisible" de RTVE, disponible en: https://www.rtve.es/play/videos/la-mitad-invisible/
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